viernes, noviembre 10, 2006

De como el tlacuache encontro el amor I

En la gota de roció brilla el sol

La gota de roció se seca

En mis ojos , los míos, brillas tú

Yo, yo vivo

poema ñahñu


Cuentos de tlacuache.

I.

...de cómo tlacuache encontró el amor y que fue lo que le paso.

I

Hace muchos años ante de que el tiempo fuera tiempo, ya que el mundo fue creado, existía en algún lugar de una montaña cualquiera, una aldea, pero no una aldea común y corriente. era una aldea de tlacuaches, en estos primeros momentos del mundo, los animales y los hombres aun permanecían en un mismo plano unos y otros construían ciudades y espacios para habitar, en estos momentos aun no ocurría el gran cataclismo que poco después cambio el mundo y lo hizo como ahora lo conocemos.

En esta aldea vivía un tlacuache en particular, al que por comodidad y para preservar su anonimato llamaremos Tlacuatzin.

Tlacuatzin era inquieto y mucho, le encantaba explorar el mundo, y descubrir cosas nuevas y cuando se entero que el mundo tenia apenas poco tiempo de creado se maravillo de los amaneceres y los atardeceres del color de la aurora y el encendido rojo del ocaso, Tlacuatzin pues era feliz en este mundo, aprendiendo y maravillándose del entorno, de su mundo.

Pero una tarde en la que vagaba y reconocía ese mundo, encontró un ser al que no había, visto jamás, este primer, encuentro tuvo lugar en un espacio extraño, era un enorme palacio que en el futuro los hombres y los seres entablarían, vastos y complicados diálogos para encontrar la mejor manera de vivir en comunidad, ( y aun existen los restos de ese espacio hoy en ruinas por que la gente que ahí habita no hace nada por los demás), el grandioso ser que encontró, era ni mas ni menos que una hermosa mariposa azul, al principio le causo un poco de temor, lo que se desconoce y se descubre por vez primera siempre nos causa miedo. Esa tarde Tlacuatzin se alejo del lugar pero se quedo con una sensación extraña.

Tlacuatzin, regreso a su aldea, y creyó de pronto que esa sensación se le había olvidado, y siguió viendo y descubriendo el mundo que los creadores habían construido, caminó y exploró las montañas y los valles llegó hasta la costa y descubrió a las tortugas, y los animales marinos, y en estas correrías un día llegó, a otro pueblo en donde algunos humanos, con música y bailes conmemoraban un hecho importante en sus vidas, y ahí su corazón volvió a latir con una fuerza inimaginable.

Tlacuatzin, no entendía que era lo que pasaba y estaba apesadumbrado, inquieto, y en medio de la fiesta, encontró el motivo de su pesar, la hermosa mariposa azul estaba ahí.

Tlacuatzin, no sabia que hacer, por su mente pasaba el correr o el acercarse, maravillado y temeroso traba de encontrar una explicación a lo que sentía. Se alejó y para tratar de encontrar una respuesta viajó a la costa, ahí se entrevistó y preguntó a una vieja y enorme tortuga que había sido junto con el gran caimán, los seres en los que más sabiduría, había encontrado.

Venerable abuela, pregunto Tlacuatzin, que es lo que me pasa, cada vez que encuentro a ese ser que me maravilla, algo ocurre dentro de mi; mi ser se inquieta y no consigo encontrar paz y a lo largo de los caminos que recorro solo veo a esa hermosa mariposa azul, y cuando duermo la sueño y cuando me despierto sigue ahí. Y mi corazón solo se llena de desasosiego y tristeza. La melancolía me gana y no se que hacer.

La gran tortuga, vio con ternura a Tlacuatzin.

continuara ...

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