martes, mayo 23, 2006

Fallecio Angel Fernandez....

Un gran comunicador, narrador de millares de goles, creador de un estilo que aun hoy es insuperable,


Padrino de mi generacion y de muchas otras
gracias por lo que nos diste


Descanse en Paz
ANGEL FERNADEZ



su biografia:
Diario de Yucatán, Edición electrónica

miércoles, mayo 17, 2006

Desde Atenco. Crónica de Valentina Palma,

Crónica Valentina Palma, documentalista chilena
> > Santiago de Chile, Martes 9 de Mayo, 2006
> >
> > Mi nombre es Valentina Palma Novoa, tengo 30 años,
> > de
> > los cuales los últimos once he vivido en México. Soy
> > egresada de la Escuela Nacional de Antropología e
> > Historia y actualmente curso el cuarto año de
> > Realización cinematográfica en el Centro de
> > Capacitación Cinematográfica. Tengo FM 3 de
> > estudiante.
> > A continuación quisiera relatar a usted los
> > acontecimientos de los que fui testigo durante los
> > violentos incidentes ocurridos en el poblado de San
> > Salvador Atenco el Jueves 4 de Mayo del 2006, los
> > cuales terminaron con mi expulsión del país de
> > manera
> > injusta y arbitraria.
> >
> > 1.- El día miércoles 3 de Mayo, luego de ver las
> > noticias en televisión y enterarme de la muerte de
> > un
> > niño de 14 años, mi condición de antropóloga y
> > documentalista hizo que me conmoviera con el deceso
> > de
> > éste pequeño por lo cual decidí dirigirme a San
> > Salvador Atenco a registrar cual era la situación
> > real
> > del poblado. Pasé allí la noche, registrando las
> > guardias que la gente del pueblo había montado y
> > realizando entrevistas en las mismas. Hacía frío, me
> > arrime a las fogatas que la gente del pueblo había
> > montado mientras seguía registrando imágenes. La luz
> > del amanecer anunciaba un nuevo día: jueves 4 de
> > Mayo.
> > Han de haber sido como las 6 de la madrugada cuando
> > las campanas de la iglesia de San Salvador Atenco
> > comenzaron a sonar: tum tum tum tum, una y otra vez,
> > mientras por el micrófono se vociferaba que la
> > policía
> > estaba sitiando el poblado. Las bicicletas iban de
> > un
> > lado a otro, la panadería de un costado de la
> > iglesia
> > ya había abierto sus puertas y la calidez del olor
> > del
> > pan recién horneado inundaba la calle junto con el
> > ir
> > y venir de los campesinos en bicicleta. El señor que
> > vendía atoles me dijo que tuviera cuidado, que los
> > que
> > venían "eran muy cabrones". Me dirigí a una de las
> > guardias, donde los campesinos miraban en dirección
> > a
> > la manada de policías que allá a lo lejos se veía.
> > Metí el zoom de la cámara, me di cuenta que eran
> > muchos y que cubiertos por sus escudos avanzaban
> > dando
> > pequeños, imperceptibles pasos. Sentí miedo, ellos
> > eran muchos fuertemente armados y los campesinos
> > pocos
> > y desarmados. En la pantalla de mi cámara veo como
> > uno
> > de los policías apunta y dispara hacia nosotros un
> > proyectil que cuando llego a mi lado pude oler y
> > sentir que era de gas lacrimógeno. Más y más gases
> > lacrimógenos rápidamente fueron sepultando la
> > calidez
> > del olor a pan recién horneado y transformaron el
> > angosto callejón en un campo de batalla. El aire era
> > ya irrespirable y me fui a la plaza mientras las
> > campanas sonaban con mas fuerza, por diferentes
> > calles
> > se veía a la policía a lo lejos avanzar. La poca
> > resistencia que hubo por parte de los campesinos
> > dejo
> > de resistir ante el ataque de las fuerzas policiales
> > que abruptamente se avalanzaron sobre los
> > pobladores.
> > Apagué mi cámara y junto con los demás corrí lo más
> > rápido que pude. Frente a la iglesia había un
> > edificio
> > público con las puertas abiertas y ahí me metí a
> > esperar ilusamente que la turbulencia pasara. Habían
> > ahí dos jóvenes resguardándose también ilusamente
> > del
> > ataque. Éramos tres y nos mirábamos las caras
> > angustiados y con miedo. Cuidadosamente me asome a
> > mirar a la calle y ví como cinco policías golpeaban
> > con toletes y patadas a un anciano tirado en el piso
> > sin compasión alguna. Sentí más miedo, regresé y le
> > dije a los otros dos jóvenes que necesitábamos
> > escondernos más, que ahí estábamos muy expuestos.
> > Ilusamente nos subimos a la azotea y acostados boca
> > arriba mirábamos los helicópteros que como
> > moscardones
> > ronroneaban en el cielo, mientras el sonido de los
> > disparos fueron formando parte del paisaje sonoro
> > del
> > lugar. Una voz de hombre violentamente nos
> > gritoneaba
> > "bajen a esos cabrones que están en la azotea".
> > Primero bajaron los dos jóvenes, yo desde arriba
> > miraba como los golpeaban y con pánico no quise
> > bajar,
> > ante lo que un policía gritó: "bájate perra, bájate
> > ahora". Baje lentamente, aterrorizada de ver como
> > golpeaban en la cabeza a los dos jóvenes. Dos
> > policías
> > me tomaron haciéndome avanzar mientras otros me
> > daban
> > golpes con sus toletes en los pechos, la espalda y
> > las
> > piernas. Mis gritos de dolor aumentaban cuando
> > escuche
> > la voz de alguien que preguntaba por mi nombre para
> > la
> > lista de detenidos, respondí "Valentina, Valentina
> > Palma Novoa" mientras un policía me ordenaba que me
> > callara la boca y otro me golpeaba los pechos. Una
> > voz
> > de hombre ordeno que me taparan con los escudos para
> > que no vieran como me golpeaban. Se detuvieron a un
> > costado de la iglesia y ahí me ordenaron que junto a
> > los demás detenidos me hincara y pusiera mis manos
> > en
> > la nuca. Siguieron golpeándonos, mi celular sonó y
> > una
> > voz ordenó que registraran mi bolsa. En ese momento
> > fui despojada de mi cámara de video, de mi celular y
> > mi pequeño monedero con mis identificaciones y
> > quinientos pesos. Me levantaron de los pelos y me
> > dijeron "súbete a la camioneta puta". Apenas podía
> > moverme y ellos exigían extrema rapidez en los
> > movimientos. Me avalanzaron encima de otros cuerpos
> > heridos y sangrantes y me ordenaron bajar la cabeza
> > sobre un charco de sangre, yo no quería poner mi
> > cabeza en la sangre y la bota negra de un policía
> > sobre mi cabeza me obligo a hacerlo. La camioneta
> > encendió motores y en el camino fui manoseada por
> > muchas manos de policías, yo solo cerré los ojos y
> > apreté los dientes esperando que lo peor no
> > sucediera.
> > Con mis pantalones abajo, la camioneta se detuvo y
> > se
> > me ordeno bajar, torpemente baje y una mujer policía
> > dijo: "a esta perra déjenmela a mí" y golpeó mis
> > oídos
> > con las dos manos. Caí y dos policías me tomaron
> > para
> > subirme al bus en medio de una fila de policías que
> > nos pateaban. Arriba del bus otra policía mujer
> > pregunto mi nombre mientras dos policías hombres
> > pellizcaban mis senos con brutalidad y me tiraron
> > encima del cuerpo de un anciano cuyo rostro era una
> > costra de sangre. Al sentir mi cuerpo encima el
> > anciano gritó de dolor, trate de moverme y una
> > patada
> > en la espalda me detuvo, mi grito hizo gritar al
> > anciano nuevamente, que pedía a dios piedad. Una voz
> > de mujer me ordeno que me acomodara en la escalera
> > trasera del bus, así lo hice y desde ahí pude ver
> > los
> > rostros ensangrentados de los demás detenidos y la
> > sangre esparcida en el piso. Sin estar yo sangrando,
> > mis manos y ropa estaban salpicadas de sangre de los
> > otros detenidos. Quieta y escuchando los quejidos de
> > los cuerpos que estaban a mi lado, escuchaba como
> > seguían subiendo detenidos al bus y preguntando sus
> > nombres en medio de golpes y gritos de dolor. No se
> > cuanto tiempo pasó, pero el bus cerró sus puertas y
> > hecho a andar. Dimos vuelta cerca de dos o tres
> > horas.
> > La tortura comenzó y cualquier pequeño movimiento
> > era
> > merecedor de otro golpe más. Cerré los ojos y trate
> > de
> > dormir, pero los quejidos del anciano que estaba a
> > mi
> > lado no lo permitieron, el anciano decía: "mi
> > pierna,
> > mi pierna, dios, piedad, piedad por favor". Lloré
> > amargamente pensé que el anciano moriría a mi lado,
> > moví mi mano y trate de tocarlo para darle un poco
> > de
> > calma, un tolete fue a dar sobre mi mano, ante lo
> > cual, con un gesto, pedí compasión al policía que
> > dejo
> > de golpearme. Queriendo darle un poco de amor
> > acaricie
> > la pierna del anciano que por unos momentos dejo de
> > quejarse. Le pregunte su nombre y me respondió. "Si
> > me
> > muero no lloren, hagan una fiesta por favor". Lloré
> > en
> > silencio sintiéndome sola en compañía de los otros
> > tantos cuerpos golpeados, pensando lo peor; que nos
> > llevarían a quien sabe que lugar y que ahí nos
> > matarían y desaparecerían a todos. Por un momento me
> > dormí, pero el olor a sangre y muerte me despertó.
> > Al
> > abrir los ojos vi la pared de una cárcel. El bus se
> > detuvo y una voz ordenó que bajáramos por la puerta
> > trasera. Me ordenaron pararme y la puerta se abrió y
> > mi cara llorosa y descubierta vió una fila de
> > policías, sentí miedo otra vez. Desde abajo una voz
> > ordenó que se cerrara la puerta y que los detenidos
> > debían salir con el rostro cubierto. Un policía me
> > tapó la cabeza con mi chamarra y las puertas
> > volvieron
> > a abrirse otra vez. Abajo del bus un policía me
> > agarro
> > con una mano de los pantalones y con la otra
> > mantenía
> > mi cabeza gacha. La fila de policías comenzó a tirar
> > patadas a mi cuerpo y al de los demás detenidos que
> > eran parte de la fila. La puerta del penal se abrió
> > y
> > nos avanzaron por estrechos pasillos en medio de
> > golpes y patadas. Antes de llegar a una mesa de
> > registro, cometí el error de levantar la cabeza y
> > mirar a los ojos de un policía, el cual respondió a
> > mi
> > mirada con un golpe de puño duro y cerrado en mi
> > estómago que me quitó el aire por unos momentos. En
> > la
> > mesa preguntaron mi nombre, mi edad y nacionalidad,
> > luego de eso me metieron a un cuarto pequeño donde
> > una
> > mujer gorda me ordeno quitarme toda la ropa, pedía
> > rapidez ante mi torpeza producto de los golpes.
> > "Señora estoy muy golpeada, por favor espere" le
> > dije.
> > Me revisó, me vestí nuevamente y volvió a cubrir mi
> > cara con la chamarra. Salí del cuarto y nos
> > ordenaron
> > hacer una fila de mujeres para ingresar formadas y
> > cabeza abajo al patio del penal, que luego me entere
> > que le decían "almoloyita" en la ciudad de Toluca.
> > Han de haber sido las dos de la tarde del jueves 4
> > de
> > Mayo cuando ya estábamos dentro de las instalaciones
> > del penal. Nos llevaron a un comedor y nos separaron
> > a
> > hombres y mujeres. En una esquina, en medio de
> > llantos
> > las mujeres nos contábamos las vejaciones de las que
> > habíamos sido objetos. Una joven me mostró sus
> > calzones rotos y su cabeza abierta llena de sangre,
> > otra contaba que la habían llevado en medio de dos
> > camiones mientras la golpeaban, vejaban y decían "te
> > vamos a matar puta". Otra joven me comento que tal
> > vez
> > y estaba embarazada, todo en medio de llantos y
> > apretones de manos solidarios. El estado de shock
> > entre las mujeres era evidente. En frente nuestro
> > los
> > hombres conversaban entre ellos mientras nosotras
> > observábamos sus rostros sangrantes y deformados
> > producto de la brutal golpiza. En eso estábamos
> > cuando
> > una mujer se acerca a nosotras y empieza a dar
> > algunos
> > nombres y pide que nos separemos del grupo. Éramos
> > cuatro: Cristina, María , Samantha, Valentina. Se
> > nos
> > une al grupo un quinto; Mario.
> > Éramos los cinco extranjeros detenidos. Al momento
> > llega un hombre, creo que era el director del penal
> > y
> > nos dice que allí donde estábamos, estábamos
> > seguros,
> > que aquí nadie nos golpearía, que lo que hubiese
> > pasado antes de ingresar al penal no tenía nada que
> > ver con el, como si dentro del penal no nos hubiesen
> > también golpeado. Le pedimos hacer una llamada,
> > petición que nos fue negada. Mientras los detenidos
> > visiblemente mas heridos eras sacados del lugar
> > rumbo
> > al centro de atención médica que había dentro del
> > penal; no eran unos ni dos, de los ciento y tantos
> > detenidos que éramos, han de haber habido unos 40
> > con
> > lesiones gravísimas. Uno de los primeros en salir
> > fue
> > el anciano moribundo que a mi lado en el camión iba,
> > a
> > quien no volví a ver nunca más. Nos llegó el turno a
> > los extranjeros de ir a hacernos el chequeo médico.
> > Yo
> > tenía moretones en los pechos, la espalda, hombros,
> > dedos, muslos y piernas, se recomendó hacerme una
> > radiografía de las costillas pues me costaba
> > respirar,
> > cosa que en ningún momento se hizo. La enfermera que
> > tomaba nota y el médico que me atendió actuaban con
> > total indiferencia a mi persona y las lesiones que
> > presentaba. Salí de la oficina médica a esperar que
> > Cristina, María, Samantha y Mario terminaran el
> > chequeo. El seudo chequeo médico terminó y nos
> > llevaron a una sala para tomarnos declaración.
> > Extrañamente un licenciado salido de quien sabe
> > donde
> > nos recomendó que no prestásemos declaración,
> > comentario que era contradicho por las personas que
> > estaban tras la maquina de escribir. "Esta bien si
> > no
> > quieres declarar, estas en tu derecho, pero sería
> > bueno que dejaras constancia de lo que te pasó" me
> > decía una licenciada. Mientras hacíamos las
> > declaraciones, comenzaron a llegar al lugar muchos
> > hombres de corbata que haciéndose los chistosos y
> > amables nos preguntaban quienes éramos y como y
> > porque
> > habíamos llegado al poblado de Atenco, que si acaso
> > sabíamos lo peligrosa que era esa gente.
> > Cayó la lluvia y nos trasladaron al comedor con
> > todos
> > los demás detenidos, se nos obligó a sentarnos y no
> > podíamos establecer contacto con los detenidos
> > mexicanos, si queríamos ir al baño debíamos pedir
> > permiso. Llegaron funcionarios de derechos humanos a
> > tomarnos declaración y fotos de nuestras lesiones,
> > las
> > declaraciones fueron tomadas sin interés,
> > mecánicamente. Se nos obligó a que registráramos
> > nuestras huellas, nos tomaron fotos de frente y
> > ambos
> > perfiles, nos dijeron que eso no era una ficha, que
> > era un registro necesario pues era muy probable que
> > en
> > la madrugada saliéramos en libertad y que para eso
> > se
> > necesitaba hacer la ficha. Una olla de café frío y
> > una
> > caja con bolillos fueron la cena. Ha de haber sido
> > la
> > media noche y me acosté en una dura banca de madera
> > a
> > tratar de dormitar un poco, fue imposible, hacía
> > frío
> > y no tenía cobija. Del lado de los hombres, un rasta
> > se dio cuenta de mi impaciencia ante el no poder
> > dormir y comenzamos a hablarnos de un lado a otro
> > con
> > señas. Estábamos en eso cuando se presenta un
> > custodio
> > y comienza a dar los nombres de los cinco
> > extranjeros.
> > Nos levantamos, dimos un pequeño adiós a los demás
> > detenidos y abandonamos el lugar. Nos llevan a un
> > lugar de registro, nos entregan nuestras pocas
> > pertenencias y nos sacan del lugar camino a una
> > camioneta diciéndonos que nos llevarían a una
> > oficina
> > de migración en Toluca. Afuera del penal escuche
> > voces
> > conocidas que gritaban mi nombre, me acerco a las
> > rejas y puedo distinguir a muchos de mis amigos que
> > me
> > preguntan como estoy, les digo que mas o menos y que
> > nos llevan a migración de Toluca. Ellos me dicen que
> > me van a seguir que no me van a dejar sola. Mi tía
> > Mónica me pasa un sobre que contiene mis documentos
> > migratorios y María Novaro, mi maestra y mamá en
> > México, me da una chamarra para el frío. Así me subo
> > a
> > la camioneta que cierra sus puertas y oscuros nos
> > vamos. Pasamos a una oficina en Toluca a buscar a
> > una
> > licenciada y de ahí nos llevan a la estación
> > migratoria de las agujas en el DF.
> > Han de haber sido las tres de la madrugada cuando
> > llegamos a la estación migratoria. Ahí una vez mas,
> > un
> > médico de mala gana constató lesiones. Dormitamos un
> > rato porque a la hora en que llegamos no era horario
> > de oficina, así que no habían muchos funcionarios en
> > el lugar. Dieron las 7 de la mañana y un auxiliar
> > nos
> > llevo cereal con leche. Luego me tomaron
> > declaración,
> > una declaración en donde además de preguntar por mis
> > datos personales, me hicieron preguntas cómo:
> > conoces
> > al EZLN?, has estado en Ciudad universitaria?,
> > participaste en el foro mundial del agua?, conocías
> > a
> > los otros extranjeros detenidos?, etc. Firme la
> > declaración a la que se adjunto mi documento
> > migratorio, una carta de mi centro de estudios, una
> > carta de mi maestra María Novaro, mi pasaporte, mi
> > cedula de identidad chilena y mi credencial
> > internacional de estudiante. Estaba en eso cuando
> > recibo una llamada del cónsul de Chile en México,
> > quién me pregunta mi nombre, el numero de mi cedula
> > de
> > identidad y si tengo algún pariente en México, me
> > informa que lo que el puede hacer es velar que el
> > proceso correspondiente se realice en las
> > condiciones
> > legales pertinentes. Regreso a continuar mi
> > declaración y las preguntas sobre el EZLN, el sub
> > comandante Marcos y Atenco se repiten. Mientras
> > tanto
> > afuera de la estación migratoria se habían
> > congregado
> > amigos y familiares, con los cuales no se me permite
> > comunicar, traté de hacerlo a través de señas y
> > carteles, pero incluso eso nos es negado. Me llevan
> > a
> > un cuarto en donde hay tres hombres que me dicen que
> > están ahí para ayudarme, ellos me toman fotos de
> > frente y ambos perfiles y en todo momento graban la
> > conversación. Me preguntan mi nombre y si tengo
> > algún
> > alias, que si conozco al EZLN, que si he ido a la
> > Selva Lacandona, que les de nombres que puedan dar
> > antecedentes de mi, que qué tipo de documentales me
> > gusta realizar. Me dicen que mi amiga América del
> > Valle esta preocupada por mi porque me había perdido
> > mientras escapábamos del lugar, mujer de la cual
> > recién en Chile me entero que es una de las
> > dirigentes
> > de Atenco que la policía persigue. Al terminar el
> > interrogatorio, mis huellas dactilares son tomadas
> > en
> > una maquina muy sofisticada que va a dar a una
> > computadora. Me sacan de la sala y me llevan a otra
> > donde hay tres visitadoras de la comisión nacional
> > de
> > derechos humanos y luego de que las dos españolas y
> > yo
> > les contamos lo que hemos vivido, nos recomiendan
> > urgentemente solicitar un abogado para que se
> > gestione
> > un recurso de amparo ante una posible deportación.
> > El
> > ambiente ya es tenso, así que le pido a una de las
> > abogadas una pluma y un papel, para escribir
> > "1 abogado" y mostrárselos por la ventana a mis
> > amigos
> > que están afuera, en ese momento entra un licenciado
> > de migración y al verme escribiendo me dice:
> > "necesitas un abogado?, yo soy abogado, cual es tu
> > problema", le contesto que quiero poner un amparo,
> > ante lo que el me responde que no es conveniente
> > poner
> > un amparo porque el amparo implicaría estar en la
> > estación migratoria un mes y que lo mas probable era
> > que pronto saliésemos en libertad, las visitadoras
> > de
> > derechos humanos, lo increpan y le dicen que por
> > favor
> > me dejen hablar con alguna de las personas que están
> > afuera. La visita se concede y hablo con Berenice,
> > con
> > quien me dejan hablar cinco minutos, a ella le digo
> > que necesito un amparo y me dice que eso ya esta. Me
> > despido abruptamente de ella y luego me llevan a
> > hacerme un chequeo médico por segunda vez en esta
> > estación migratoria, estoy en eso, cuando un
> > licenciado llega apresuradamente a interrumpir el
> > chequeo y me dicen que me van a trasladar a otro
> > lugar, yo pregunto que adónde y no se me da
> > respuesta.
> > Al salir de la consulta médica me encuentro a una de
> > las visitadoras de derechos humanos y le digo que
> > por
> > favor avise a mis amigos que están afuera que me van
> > a
> > trasladar, le pregunto al licenciado que adonde me
> > llevan y me responde que a las oficinas centrales de
> > migración, no me dejan seguir hablando con el y me
> > suben a un auto particular en el que también estaba
> > Mario, mi compatriota. Me subo, se suben tres
> > policías, se cierran las puertas y una policía pide
> > cerrar las ventanas. La reja de la estación
> > migratoria
> > se abre y el carro se va como escapándose de algo.
> > Íbamos por periférico a más de 100 Km. por hora en
> > medio de un tráfico contundente. Pregunto que adonde
> > nos llevan y no obtengo respuesta, ya en el camino,
> > me
> > doy cuenta que vamos rumbo al aeropuerto y que
> > delante
> > de nosotros van dos carros más; uno con Samantha, la
> > alemana y otro con María y Cristina, las dos
> > españolas. Ante la inminencia de la expulsión
> > injustificada en todo momento, no me queda más que
> > cerrar los ojos y apretar los dientes y pensar: otra
> > violación más. Llegamos al aeropuerto como a las 6
> > de
> > la tarde. Nos bajan de los autos y nos ingresan
> > custodiados a una sala completamente blanca donde
> > nos
> > mantienen detenidos una hora o más. Luego nos
> > ingresan
> > a las salas de espera al interior del aeropuerto,
> > donde nos mantienen custodiados. Primero sale el
> > vuelo
> > de Samantha. Seguimos esperando y en la espera yo no
> > hago mas que llorar, me siento mal, me paró y trato
> > de
> > caminar por el pasillo, se me acerca una custodia y
> > me
> > dice que debo estar sentada, "me siento mal" le
> > digo,
> > "no me voy a escapar, déjame". Sigo llorando y un
> > policía se acerca y me dice: "ya no estés así, no
> > conviene esa actitud, si te sirve de consuelo,
> > déjame
> > decirte que no estas deportada, que solo has sido
> > expulsada del país, pero puedes volver a entrar en
> > cualquier momento". Ilusamente sus palabras me
> > calman.
> > Nos llevan a un bar a fumarnos unos cigarros porque
> > todas estamos muy alteradas. El vuelo de Lan chile
> > de
> > aproximadamente las once de la noche es anunciado, a
> > mí y a Mario nos llaman, nos despedimos de María y
> > Cristina con un apretado abrazo. Nos formamos en la
> > fila y nos entramos al avión. Dentro del avión uno
> > de
> > los pasajeros se acerca a mí y me entrega unas
> > cartas
> > que han mandado mis amigos que estaban afuera
> > haciendo
> > todo lo posible para detener esta injusta expulsión.
> > Caen mis lagrimas de no saberme sola, la custodia
> > que
> > va a mi lado, me dice que qué me pasa, le cuento mi
> > caso; le digo que llevo viviendo en México 11 años,
> > que mi vida esta en ese país, que nunca se me dijo
> > que
> > estaba pasando, que todo el procedimiento ha sido
> > ilegal, que he sido golpeada y vejada por la
> > policía.
> > Me dice que a ella le avisaron 30 minutos antes de
> > subirse al avión que viajaría a Chile, que a ella no
> > le dijeron nada, pero que si notaba que algo raro
> > hubo
> > en el procedimiento, porque normalmente antes de
> > deportar a alguien se pasa mínimo un mes en la
> > estación migratoria, que ha de haber sido una orden
> > dada desde arriba. Ya asumiendo mí expulsión me
> > pongo
> > a platicar con ella y le digo que lugares de
> > Santiago
> > puede visitar el corto tiempo que dure su estadía.
> > El
> > cansancio y la impotencia son demasiadas, me duermo.
> > Me despierto con la cordillera de los Andes en la
> > ventanilla del avión. Bajamos del avión, nos
> > entregan
> > a policía internacional, donde nos toman declaración
> > del porque de nuestra deportación y/o expulsión.
> > Afuera me esperaban llantos, besos, abrazos. Nos
> > vamos
> > al hospital a constatar lesiones y rápidamente
> > armamos
> > una conferencia de prensa con televisión y radio, en
> > donde denunciamos la ilegalidad de nuestra expulsión
> > y
> > la brutalidad policial de la que fuimos objeto.
> >
> > 2.- Después de lo que les he contado quisiera hacer
> > de
> > su conocimiento mi total rechazo, indignación y
> > rabia
> > ante:
> >
> > a) la utilización de la violencia física,
> > psicológica
> > y sexual como arma de tortura y coerción en contra
> > de
> > las mujeres.
> > b) la brutalidad policial de la que fuimos objeto
> > todos los detenidos, más allá de nuestras
> > nacionalidades.
> > c) la ilegalidad de mi deportación en dos sentidos:
> > por haber estado mis papeles migratorios en regla y
> > por el rechazo al amparo presentando, argumentando
> > mi
> > ausencia en el país, cuando yo aun estaba en México.
> >
> > 3) Por lo expuesto anteriormente anterior, estamos
> > estudiando con nuestros abogados, orientar nuestras
> > acciones tendientes a lograr:
> > a)Se nos restituya el derecho a seguir estudiando en
> > México por medio de todo tipo de gestiones con el
> > gobierno chileno y mexicano;
> > b)gestiones a nivel diplomático con la embajada de
> > México en Chile;
> > c)poner una querella criminal contra la policía por
> > delito de lesiones
> > d)entablar una demanda contra el estado mexicano por
> > deportación ilegal.
> >
> > ¡No a la violación , no al uso de mujeres y hombres
> > como objetos, no a la brutalidad y a la tortura, no
> > a
> > la justificación de la violencia!
> > Atte.
> > Valentina Palma Novoa