jueves, noviembre 16, 2006

De como el tlacuache encontro el amor III

IV

La ultima vez que Tlacuatzin, vio a su amada mariposa, fue cuando inicio el camino de regreso a la costa para consultar a la gran tortuga.

Fue entonces que se percato cuan grande y cambiado estaba el mundo, lo que antes se hacia en horas ahora se hacia en días, donde antes solo había llanos , y pendientes, suaves ahora existían valles y montañas, profundos cañones e inmensos ríos.

Tlacuatzin entonces busco primero su aldea, pero con tanto cambio ya no la pudo hallar, entonces busco el camino al mar, este era el mas fácil, solo tenia que seguir el rumbo del ocaso y segurito, llegaba al mar lo único que no sabia, era cuanto había crecido la costa, pero eso lo recubriría después.

Tlacuatzin llego a una, aldea de humanos, que se encontraba, a pocos días de la costa, llego precisamente el día de mercado, y cuando comenzó a oler los guisos se dio cuenta que hacia mucho que no comía, saco algunas cuentas de su morral, se dirigió a uno de los puestos de tamales y pidió algunos, se sentó en una de las piedras, y comenzó a comerlos con mucha alegría. Mientras observaba a la gente y a los animales que intercambiaban productos , su mirada se poso en las bellas cestas que eran ofrecidas, por un venado, y justo a un lado, su mariposa caminando, viendo, comprando.

Los tamales se le cayeron y su corazón, volvió a latir con fuerza, la tierra empezó a temblar, animales y hombres se echaron a correr y en un instante todo fue confusión, en ese instante el amor se sembró en el corazón de todos los seres de la tierra, cuando Tlacuatzin, se dio cuenta su mariposa ya había partido. (Es por eso que el amor a veces es un poco confuso.)

Tlacuatzin avanzaba con mucha dificultad entre la multitud, buscando a su mariposa y triste y confundido siguió su camino hacia la costa, cuando llego al fin, a la casa de la gran tortuga esta lo vio con ternura y melancolía. (no es por ser chismoso pero la tortuga también se había enamorado, tu investigaras de quien)

Abuela , dijo Tlacuatzin, que esta pasando, necesito respuestas.

La abuela le contestó, has descubierto el amor, una fuerza muy poderosa que se anida y vive en el interior de cada uno de los seres que habitamos el mundo. Esta fuerza es capaz de hacer cosas maravillosa y únicas como tu mismo lo has podido comprobar.

Pero déjame decirte una cosa Tlacuatzin, si bien el amor es un sentimiento individual a veces es posible compartirlo, con la misma intensidad con otro ser, pero a veces no y esto nos hace sentirnos un poco tristes y melancólicos, pero aun así es tan bello que merece vivirse, y por tu mariposa.....

¡Pero, como, abuela,!¡ tu sabes de la mariposa!,

Si, Tlacuatzin, y lo único que te puedo decir es que algún día la encontraras solo es que la busques, y sigas a tu corazón.

Desde entonces Tlacuatzin, recorre el mundo conocido tratando de encontrar a la mariposa azul que le ayudo a descubrir esa enorme, fuerza, que es el amor. Tlacuatzin la busca con mucha insistencia, y ha recorrido muchos lugares.

Tlacuatzin solo quiere saber, si la mariposa azul quisiera compartir ese sentimiento del que hablaba la abuela tortuga.

¿Tú que piensas, querrá, la mariposa compartir el amor con Tlacuatzin?

Fin de la primera historia.

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